12h de Cartagena: Resumen
Viernes 31 de Marzo de 2017, las 6:00h de la mañana. Amanecía temprano. Muy temprano. Demasiado temprano. La noche anterior todos hicimos un esfuerzo para terminar el coche y ultimar detalles. Preparar las herramientas, los recambios, líquidos, todos los trastos, cargar las furgonetas (Sí, en plural. Nos fuimos con dos). Ninguno de nosotros había dormido cómo toca, pero ahí estábamos. Madrugón del quince y todos los integrantes de box14 ya partían hacía lo que debía ser un gran fin de semana.
Algunos fueron primero al taller, centro de operaciones de nuestro equipo, para terminar de cargar todos los bártulos, llenar los bidones de gasolina, subir a Stefanie al remolque y emprender la marcha tan pronto como fuera posible. Otros, partíamos desde casa con la intención de encontrarnos por el camino. Teníamos un buen montón de kilómetros que recorrer, mucho sueño y ganas de pasarlo bien entre motores, gasolina y olor a goma quemada.
Poco antes del medio día llegábamos al Circuito de Cartagena. Fuimos de los primeros en llegar, pues allí no había casi nadie. Y en vista de que no había barullo alguno, aprovechábamos para hacer las verificaciones administrativas, culminar el pago de todas las tasas y nos asignaron el que sería nuestro box para el fin de semana. Lamentablemente no era el box 14… pero casi. Nos asignaron el box 4. Satisfecho el papeleo, el tiempo pasó volando. Entre descargar todo el material, montar el box (nevera incluida), ultimar detalles aún pendientes en el coche (pegatinas, dorsal, limpiar, etc) y picar algo rápido, la tarde se nos vino encima. Apenas nos dimos cuenta ya era hora de empezar a rodar.
A las 17h se abría pista, y aquellos equipos que lo deseasen podían salir a entrenar en tandas de 20 minutos, previo pago de 40€ por cada tanda de 20 minutos, eso sí. El precio nos pareció francamente muy caro, pero no íbamos a tener más oportunidad de entrenar y no quedó otra que apoquinar. Nuestro equipo estaba formado por tres pilotos, así que pagamos tres tandas de 20 minutos, una para cada piloto.
Pese a costarnos una pequeña fortuna los escasos 60 minutos de pista, he de decir que no nos vino nada mal entrenar. Nos sirvió para pulir algún fallo de reglajes, medir consumos, chequear mecánica y entrenar un poco. Al menos para conocer el trazado, ya que apenas lo conocíamos. Durante los entrenos no íbamos con la configuración de carrera, así que los tiempos no eran lo más importante, sin embargo los cronos fueron bastante decentes y pudimos hacernos una idea de que tal iban nuestros rivales. La sensación, al término de las tres tandas de 20 minutos, era positiva. Stefanie se había portado muy bien, haciendo buenos cronos con los tres pilotos y sin fallos mecánicos de ningún tipo. Con una sensación muy positiva y pensando en que teníamos opciones reales de hacerlo bien al día siguiente, nos fuimos a dormir.
El Sábado 1 de Abril, se repetía el madrugón. Habíamos dormido en un hotel cercano, el más barato que pudimos encontrar. Que fuese barato trajo otras características asociadas, ya no tan deseables. Era un hotel ya viejo, con camas pequeñas e incómodas, por no hablar de las duchas… del siglo pasado. Apenas pudimos descansar, y ni mucho menos dormir. Aun así, contentos, con buen ánimo y pensando en que podíamos hacerlo muy bien en pista, tomamos un desayuno sencillo y nos fuimos de nuevo al circuito. Preparamos todo lo necesario, neumáticos, gasolina, sistema de radio, últimas comprobaciones… A las 9h el obligado briefing por parte de la organización, en el que nos contaron cómo se iba a desarrollar la jornada y puntualizaron diversos aspectos del reglamento (que falta hacía). Por fin, a las 10:30h empezaba el fuego real; la sesión de clasificación.
Nuestros rivales potenciales eran, a priori, dos. Por un lado el equipo Sedeno Sport, compuesto por algunos pilotos profesionales (campeones de la antigua copa 205, casi na) con el dorsal 9 y armados con un precioso 205 GTI y el equipo ASR School, con el dorsal 6, que participaba con un Astra GSI y contaba con experiencia en este tipo de lides.
Tras los 30 minutos de sesión de clasificación, nos hicimos con el tercer puesto absoluto, y el segundo de nuestra categoría. Efectivamente, los pilotazos del equipo Sedeno Sport, con su 205 GTI, nos habían puesto en nuestro lugar. Pero no era para nada un mal lugar. Estábamos contentos. Salíamos segundos y se confirmaban las buenas sensaciones del día anterior.
Apenas sin tiempo para nada más que rellenar el depósito, se formaba la parrilla de salida y nos preparábamos para empezar las 12h de resistencia. Las primeras 12h de resistencia de nuestras vidas. La salida sería de tipo lanzada, y todos los coches salieron a pista en orden de clasificación y tras en Safety Car. Se daban un par de vueltas tras el safety y por fin… Green, green, green! Empezaba la carrera tanda.
La primera vuelta empezaba sin sobresaltos. Nuestro Golf mantenía la tercera posición, tras los dos coches precedentes, mientras que ganábamos algunos metros de ventaja sobre el Astra GSI. Superábamos el primer sector sin sobresaltos, superábamos el segundo sector incluso acercándonos ligeramente al 205, gracias a la rápida parabólica que nos permitía acelerar a fondo… todo iba bien, la cosa pintaba interesante.
Y de repente… desde el muro dejamos de ver nuestro coche. ¿Donde está? ¿Que ha pasado? Si estaba justo tras el 205… Un frenético mensaje por la radio nos bajaba de la nube de forma súbita.
¡No puedo engranar ninguna marcha! ¡No van las marchas! ¡Estoy en punto muerto! ¡Me cag** en la p**a! ¡j*d*r! – Gritaba desesperado nuestro piloto desde el interior del recién montado Golf.
Nuestro golf se había averiado. La cara de tontos que teníamos todos era de cuadro. ¡No habíamos completado ni la primera vuelta! y nuestro coche ya se había quedado tirado, sin posibilidad de llegar a boxes por sus propios medios. Stefanie parada en un lateral de la pista, a la espera de la asistencia, mientras el resto de participantes completaba la primera vuelta, y la segunda, y la tercera… y muchas, muchas vueltas más.
La espera se nos hizo eterna. La grúa tardó varias vidas de universo en sacar Stefanie de su pétreo estado y devolverla a nuestro box número 4. Con los ánimos por los suelos y unas 20 vueltas perdidas, Willy (nuestro mecánico) reparó la avería en pocos minutos y regresamos de nuevo a la pista.
Pero ya todo había cambiado. Ya no peleábamos por la victoria, si no por no terminar los últimos. Quedaban 11 horas para el final de la prueba y sólo nos valía remontar y esperar que alguno de los otros equipos pudiera cometer algún fallo. No pasa nada. Seguimos aquí. Vamos a disfrutar. – Pensábamos. Pero apenas 6 vueltas después de volver a la pista, de nuevo el infortunio se cebó con nosotros. El colector de escape había dicho basta, y se había partido por la mitad. Sí, por la mitad.
De nuevo nos vimos con Stefanie en el box, parados, mientras el resto de coches seguía sumando vueltas y vueltas a nuestra ya de por sí enorme desventaja. Nuestro mecánico Willy tiró de su mejor ingenio. En poco menos de una hora había desmontado el sistema de escape, sacado el colector del motor, soldado los dos trozos y montado todo de nuevo. Increíble. Volvíamos a estar en pista. Eso sí, con casi 50 vueltas de desventaja.
Sea como fuere, con los ánimos ya para pocas bromas, empezamos a enlazar vueltas. Toda posible estrategia ya carecía de sentido. Sólo podíamos rodar a tope tanto tiempo como nos fuera posible, y tratar de disfrutarlo. Y así lo hicimos, vaya que si lo hicimos.
De repente éramos el coche más rápido en pista. Empezamos a adelantar a rivales, a doblar a rivales… En las rectas, en las curvas… parecía que podíamos recuperarnos. Encadenando vuelta rápida tras vuelta rápida, sin cometer fallos importantes, fuimos completando las siguientes horas. Llegó el momento de cambiar de piloto, de repostar… y seguíamos en pista sin más problemas. Poco a poco, íbamos recortando la enorme distancia que nos separaba del resto. Las 50 vueltas de desventaja se convirtieron en 40, y luego en 30, y luego en 20…
Volvíamos a animarnos. Un par de equipos abandonaban por problemas mecánicos, otro equipo tenía que parar durante largo tiempo para hacer reparaciones. ¡Ya no éramos los últimos! Quedaban más de 6 horas de prueba, y la noche aún estaba por llegar. Nuestro buen ritmo nos iba a permitir pelear por algo honorable al final de la prueba.
Caía ya la tarde, apenas restaban un par de horas de luz natural. Paramos nuevamente para otro cambio de piloto, aprovechamos la parada para montar nuevos neumáticos y repostar. Sentamos a nuestro mejor piloto. Con nuevas gomas, el ritmo debía mejorar. Y así fue, conseguimos bajar los cronos de forma consistente y nos hacemos con la vuelta rápida de la categoría. ¡Esto pinta bien! Estamos en nuestro mejor momento, rodando en 2:02 altos. Tenemos opciones, vamos reduciendo la distancia, nuestro mejor piloto está en el coche… el mismo piloto que hizo la salida.
De pronto, cuando todo apuntaba a una posible remontada… Nuevo mensaje por la radio: ¡He oído una fuerte explosión! ¡Veo mucho humo blanco! ¡Ha reventado el motor!
box! box! box! – Le indicamos al piloto.
El coche vuelve al pit lane por sus propios medios. En realidad el motor está en marcha, no parece haber reventado :-D. Entramos el coche en el box y el mecánico da un rápido vistazo. El motor está perfecto. El piloto indica que la trasera iba descontrolada desde hacía un par de vueltas. Revisamos el tren posterior y efectivamente, nos encontramos de bruces con la que sería nuestra tercera avería. Avería que además, nos obligaría a abandonar la prueba de forma definitiva.
El buje trasero derecho se había partido en dos. Al hacerlo, también el disco de freno se había partido, llevándose por delante a las pastillas de frenos, lo que explicaba el humo blanco que vio el piloto. Restaban tres horas de prueba, nuestro sueño había concluido.
He de decir que varios de los integrantes de los otros equipos trataron de ayudarnos, se interesaron por nuestras avería y nos animaros a intentar continuar. El buen ambiente general de la prueba fue de auténtico premio. No me entendáis mal, siempre hay algún energúmeno suelto, alguno pasado de rosca y algún gallito… (véase esta entrada de FuelWasters) pero en general el ambiente de camaradería y competición sana reinaba por doquier, lo que es muy de agradecer y ánima a repetir experiencia, aunque sólo sea por conocer a gente tan cojo*uda. A todos ellos, desde aquí, aprovecho para agradecerles su ayuda, su buen rollo y lo bien que nos lo hicieron pasar.
Sin darnos cuenta, en apenas 20 minutos, habíamos pasado por las cinco etapas del duelo. Negación, ira, negociación, depresión y finalmente aceptación. Y esta última etapa fue la mejor de todas. Muerto el perro, se acabó la rabia. Nos nos quedaba nada por hacer. Aceptamos que se había terminado, recogimos todo el tinglado y, ni cortos ni perezosos, montamos una cena de sobaquillo en toda regla dentro de nuestro box. Cena a la que invitamos a nuestra comisaria, como no podía ser de otra forma.
Tan sólo nos resta dar la enhorabuena a todos los que terminaron, y en especial a aquellos que terminaron en el podio. En nuestra categoría, creo que la victoria final fue para el Astra GSI del equipo ASR. Así que, lo dicho, enhorabuena.
No vemos en lo negro!
Equipo Box14.
Que gusto leer la primera experiencia de un equipo en unas tandas de resistencia! El resultado, a pesar de poder interpretarse como frustante lo veo muy positivo. Es la primera prueba que haciais sin nisiquiera haber tenido la oportunidad de comprobar el coche durante unos dias de tandas previos (el dia de Cheste con su diluvio poco podia ayudaros). Yo creo que acaba de salir de la pubertad el que va a ser un gran equipo rapido, unido y completo. Mucha suerte y espero poder competir contra vosotros en las 24h Ascari!
Así es Alex.
Nos quedamos con la parte positiva, que fue mucha pese a las roturas. Y ya estamos trabajando para repetir en eventos similares.
Os iremos informando desde este blog.
¡Gracias por seguirnos y por comentar!
Muy buen relato, que transmite lo que habéis tenido que vivir en circuito y si conoces un poco el mundo, te puedes imaginar muchas mas cosas que no están escritas específicamente pero no dejan de estar allí.
Una pena que el buje no haya aguantado…
Ahora a por las 24h!